“Es la segunda vez que hago Mente de Éxito.
Antes era débil y triste a ojos de mis padres. Estaba dormido, literal y metafóricamente.
Tuve que pedir un préstamo a mis padres para poder hacerlo. Ellos tenían miedo de que se tratara de una estafa. Pero nada de eso. Hoy mis padres me ven con ojos de admiración al ver que ya no soy el mismo.”