“Antes tenía problemas con mis estudios y con mi vida personal. Estaba en una bola de nieve que se iba haciendo más y más grande.
Me despertaba a las 12 de la mañana y comía cualquier cosa del refrigerador. Jugaba a videojuegos y dejaba mis tareas para otro momento. Llegaba siempre con prisas y tarde a todas partes. No me relacionaba con casi nadie.
Un día, todo se derrumbó. Me rendí. Me pasaba todos los días decaído y con ataques de ansiedad.
En ese momento encontré Mente de Éxito. Fue duro convencer a mis padres para que me ayudaran a comprarlo, porque había suspendido 5 materias ese trimestre. Pero yo me comprometí a pasarlas y aprovechar el curso al máximo.
Tan solo en la primera semana del curso empecé a desarrollar hábitos de estudio, a conocerme más a mí mismo… a madurar. Ahora estoy superando mis asignaturas, he encontrado cosas que me encanta hacer, como artes marciales, y hablo más con mis amigos.”